Opciones Socialistas.
En América hay por lo pronto en futuros
cercanos, dos opciones en la formación concreta de un estado socialista, que
pueden surtir un efecto dominó en el resto del mundo. La primera opción a mi
entender, es el Estado boliviano, tomando en consideración la fuerza ancestral
que demuestran los movimientos sociales en esta nación. Estos movimientos están
fundamentalmente sujetos, a la lucha por continuar manteniendo sus costumbres,
sus modos de vida, su folclore, en suma, su cultura que por muchos siglos los
ha caracterizado, pues ello les ha permitido mantener la unidad como pueblo.
Algunos dirán que en estos movimientos no hay uniformidad, pues hay diferencias
en sus estructuras organizativas; puede ser cierto eso, pero no deja de llamar
la atención el hecho que cuando el pueblo boliviano es convocado por sus
líderes naturales, la respuesta significa concentraciones hasta de miles de
ciudadanos dispuestos a llevar a cabo cualquier tipo de acción política,
independientemente de sus intereses de grupo, y de lo único que podemos estar
seguros es que mantienen como pueblo el espíritu de lucha arraigado por tanto tiempo,
que los motiva y les sirve como un nutrimento, lo amalgama y lo mantiene unido.
Una prueba de ello, se refleja en la presidencia de Evo Morales, que aún siendo
de su arraigo ancestral y étnico, cuenta apenas con un 18% de apoyo estrictamente político partidista
dado en la pasada reelección por el partido que representa el MAS; el resto de
su apoyo político es producto precisamente de los movimientos sociales. Esto
configura unas condiciones propicias, para que el proceso hacia una convivencia
socialista se pueda concretar de manera natural, esto es, de forma paulatina
pero segura; mas si ahora cuentan con un elemento de sustentación económica
como es la explotación del gas, que sin buscar compulsiva mente el llamado
desarrollo, sino con el firme propósito de administrar bien esa riqueza como
recurso en función del bienestar general del boliviano, éste como pueblo, tiene
la gran responsabilidad de ir haciendo la transformación necesaria hacia el
vivir socialista.
La segunda nación que bien pudiera realizar,
lo que hasta ahora han sido intentos y no se ha podido concretar, como es la
implantación del socialismo. Sabemos los múltiples intentos dados socialmente
son los Estados Unidos de Norteamérica, siempre y cuando se pueda mantener
estable esa Unión. O en todo caso y eso podríamos verlo a futuro inmediato, el
desmembramiento de la Unión en pequeños Estados, cada uno con sus leyes y sus
parcelamientos. Ahora, pensamos que de una u otra forma, el Estado socialista
es propenso ha realizar sus inquietudes en esta Nación, por una sola e
importante causa, y es que en este industrializado país por su misma y mera
condición, su gran masa de trabajadores es obrera; que en algún tiempo pasado
fueron obreros de alta calificación, muy bien pagados y con un nivel de vida
sobresaliente en comparación con el promedio mundial, pero
que hoy ese mismo obrero está siendo golpeado por una crisis económicas y
financiera cuyas consecuencias están a la vista, de la cual el obrero
norteamericano no puede ni está en condiciones de controlar, y de allí está
sufriendo la denominada depauperación, es decir, el empobrecimiento constante e
incontenible, de tal forma, que ha ido nutriendo los cinturones de pobreza en
las grandes ciudades barnizadas con el lujo desmedido; en esa nación que una vez
quiso implantar una sola y única forma de vida al resto del mundo, y que hoy,
mediante la fuerza o la violencia quiere someter.
Es por eso, tal y como se percibe el
empobrecimiento material del obrero norteamericano, podemos entonces esperar,
que en poco tiempo tenga la suficiente conciencia de clase, que le permita por
su alto contexto organizativo, crear las condiciones mínimas para ir a la
conquista del Estado en el cual Carlos Marx cifró sus esperanzas, cuando ideó
la tesis de la lucha del proletariado.
En
Venezuela desafortunadamente, se tiene que hablar de socialismo sin haber
condiciones para ello, entonces tiene que ser decretado. Y de verdad, no es lo
mismo realizar o hacerse de un sistema o forma de vida de manera “natural”, que
buscar ese mismo sistema imponiendo leyes, argumentos y políticas, en un marco
económico con raíces. Y esto es, porque en el primer caso, establecer una
manera de vida de forma natural es amoldar al hombre a las nuevas condiciones mientras
si es decretada ya deja de ser natural y pasa a ser artificiosa y amolda al
hombre. En el primer caso, el hombre tiene la libertad para realizar y crear;
en el segundo caso existe un marco preestablecido y de allí el individuo está
constreñido y por lo tanto su libertad está condicionada a las circunstancias.
En
Venezuela no puede haber, en todo caso, intentos socialistas de forma natural,
pues nuestro país carece de una masa significativa de obreros que pudiesen
llevar adelante el proceso. Más aún, pienso que la industrialización está
vedada para nuestro país, por una razón: la industrialización permitiría la
formación de una clase obrera con firmes propósitos creativos desde lo
político, formando la conciencia necesaria para un despegue hacia el Estado
socialista, pero de forma natural y esto aunado al pensamiento bolivariano como
norte o camino a seguir y sustentado en un país con inmensos recursos
naturales, quedaría en la imaginación lo que se pueda realizar.
En
cierta ocasión un candidato presidencial, en plena campaña, en la era punto
fijista, que por cierto perdió, expresó que iba a fomentar los servicios en el
área económica, claro, no le interesaba el crecimiento industrial; aparte de
que los servicios implican una burocracia parasitaria, una clase media estéril
y una conciencia hacia el consumo. Tres fenómenos sociales que se han fomentado
a través del tiempo.
David Rivas H.
davidrivas1917@gmail.com